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Ley de Ordenación del Comercio Minorista: medidas para fomentar el crecimiento del comercio local

27/01/2025

El comercio minorista es una pieza clave en la economía local y nacional, no solo por su capacidad de generar empleo, sino también por su contribución al tejido social y cultural de las comunidades. En España, la Ley de Ordenación del Comercio Minorista (LOCM) se presenta como una herramienta fundamental para regular las actividades del sector y fomentar su desarrollo, adaptándose a las necesidades cambiantes del mercado y a las demandas de consumidores más exigentes y conscientes. 

En este artículo, exploraremos las medidas que esta ley propone para estimular el crecimiento del comercio local, analizando cómo busca equilibrar la competencia, garantizar la sostenibilidad y ofrecer nuevas oportunidades a los pequeños empresarios. Además, destacaremos su papel en la promoción de un modelo de comercio más cercano, responsable y adaptado a los desafíos actuales. 

Contexto histórico de la Ley de ordenación del comercio minorista 

La Ley de Ordenación del Comercio Minorista (Ley 7/1996, de 15 de enero) nació en un periodo marcado por profundos cambios en el sector comercial español, especialmente durante la segunda mitad del siglo XX. Este contexto estuvo definido por un crecimiento significativo y una notable diversificación tanto en el comercio minorista como en el mayorista, lo que planteaba nuevos desafíos regulatorios.  

Hasta ese momento, el ordenamiento jurídico español no había abordado de forma integral la regulación de este sector, en gran parte debido a su complejidad y diversidad. Sin embargo, las sentencias del Tribunal Constitucional en materia de horarios comerciales en 1993, en especial la Sentencia 225/1993 del 8 de julio, marcaron un punto de inflexión al evidenciar la necesidad de una legislación más coherente y estructurada. 

A raíz de estas decisiones judiciales, se dio inicio a un proceso legislativo que comenzó con la presentación de una Proposición de Ley de Comercio por parte del Grupo Parlamentario Catalán el 16 de julio de 1993. Aunque la reacción inicial fue rápida, la tramitación parlamentaria resultó ser más compleja de lo previsto y se extendió hasta diciembre de 1995. Este esfuerzo legislativo no solo respondió a las circunstancias nacionales, sino que también consideró el desafío de modernizar la economía y alinear la regulación comercial con la realidad del mercado interior europeo. Esto implicó adaptar la normativa española a las directrices comunitarias, asegurando así una integración más fluida en el contexto económico europeo. 

Importancia de esta Ley para el desarrollo del comercio minorista en España  

La Ley de Ordenación del Comercio Minorista ha sido de vital importancia para el desarrollo del comercio minorista en España por varias razones. Estas son: 

Modernización y adaptación del sector

La ley surgió como respuesta a los profundos cambios que había experimentado la distribución comercial minorista en España, incluyendo la incorporación de nuevas tecnologías y formas de venta. Su objetivo principal era establecer un sistema de distribución eficiente, modernizando las estructuras comerciales españolas y adecuándolas a la realidad de los mercados. 

Marco jurídico unificad

Esta ley estableció por primera vez un régimen jurídico general del comercio minorista a nivel nacional, proporcionando un marco legal de mínimos para el sector de la distribución. Por lo tanto, ayudó a sistematizar la normativa dispersa existente y a crear una base común para todo el territorio español.  

Fomento de la competencia 

Un aspecto crucial de la ley es su enfoque en el mantenimiento de la libre y leal competencia. Esto se traduce en la mejora continua de los precios, la calidad y las condiciones de oferta al público, en beneficios tangibles para los consumidores y en la corrección de desequilibrios entre grandes y pequeñas empresas comerciales. 

Regulación de nuevas prácticas comerciales 

La ley abordó la regulación de determinadas ventas especiales y actividades de promoción comercial, adaptándose así a las nuevas realidades del mercado. 

Base para la modernización

Más allá de establecer reglas de juego en el sector de la distribución, la ley aspiraba a ser la base para la modernización de las estructuras comerciales españolas. Esto ha permitido al sector evolucionar y adaptarse a los cambios del mercado a lo largo del tiempo. 

Adaptación al contexto europeo 

La ley también respondió al reto que suponía la integración en la Unión Europea, sentando las bases para futuras adaptaciones a la normativa comunitaria. Algo que ha sido crucial para la integración del comercio minorista español en el mercado único europeo. 

ley comercio minorista

Objetivos principales de la Ley de ordenación del comercio minorista 

La Ley de Ordenación del Comercio Minorista tiene varios objetivos principales. Estos son:  

  • Establecer el régimen jurídico general del comercio minorista en España.
  • Regular determinadas ventas especiales y actividades de promoción comercial. 
  • Modernizar las estructuras comerciales españolas, contribuyendo a corregir los desequilibrios entre las grandes y las pequeñas empresas comerciales.
  • Mantener la libre y leal competencia en el sector comercial, lo que se traduce en una mejora continua de precios, de la calidad y de las condiciones de oferta y servicio al público
  • Asegurar un sistema de distribución eficiente que permita el aprovisionamiento de los consumidores con el mejor nivel de servicio posible y el mínimo coste de distribución.  
  • Incrementar el valor que genera la distribución comercial mediante la liberalización de la prestación de los servicios y la supresión de cargas para las empresas. 
  • Facilitar el establecimiento de servicios en el ámbito de la distribución comercial, garantizando al mismo tiempo la coexistencia entre el pequeño y mediano comercio y los grandes establecimientos. 
  • Adecuar la normativa estatal en materia de comercio a la Directiva de Servicios de la Unión Europea, promoviendo la libertad de establecimiento y la libre prestación de servicios. 

Fundamentos y principios de la Ley de ordenación del comercio minorista 

La LOCM se fundamenta en diez principios clave para establecer las bases para el comercio minorista en España.  

Estos fundamentos y principios, que a continuación mencionaremos, reflejan el objetivo de la ley de establecer un marco jurídico que fomente la competencia, la modernización y la eficiencia en el sector del comercio minorista, al tiempo que protegen los intereses de los consumidores y buscan un equilibrio entre los diferentes actores del mercado.  

Libre competencia 

El principio inspirador de la ley es fomentar la libre y leal competencia en el sector comercial, promoviendo un entorno donde todos los operadores puedan desarrollarse en igualdad de condiciones. Esto se traduce en una mejora continua de precios, calidad y condiciones de oferta y servicio al público. 

Libertad de empresa

La ley reconoce y protege la libre iniciativa empresarial, permitiendo a los emprendedores decidir libremente sobre la instalación, ampliación y acondicionamiento de sus establecimientos comerciales. Este principio garantiza que los comerciantes puedan desarrollar su actividad en un marco flexible, respetando las normativas vigentes y fomentando la innovación en el sector. 

Libre circulación de mercancías

Se establece el principio de libre circulación de mercancías dentro del territorio español, garantizando que los productos puedan transitar sin restricciones entre las distintas comunidades autónomas. Este derecho, enmarcado en los principios constitucionales, busca asegurar la unidad del mercado y promover una economía más integrada y competitiva en todo el país. 

Modernización de estructuras comerciales

La ley aspira a ser la base para la modernización de las estructuras comerciales españolas, contribuyendo a corregir los desequilibrios entre las grandes y las pequeñas empresas comerciales. 

Eficiencia en la distribución

La ley busca garantizar un sistema de distribución que sea ágil y eficiente, asegurando que los consumidores puedan acceder a los productos que necesitan con el mejor nivel de servicio posible. Además, promueve la optimización de los recursos logísticos para minimizar los costes de distribución, fomentando un mercado más competitivo y sostenible. 

Regulación de ventas especiales

La ley regula de manera específica determinadas ventas especiales y actividades de promoción comercial, estableciendo normas claras para garantizar la transparencia y la protección de los consumidores. Estas disposiciones buscan evitar prácticas desleales. 

Prohibición de requisitos económicos

Se prohíbe establecer requisitos de naturaleza económica para la autorización de establecimientos comerciales, como la prueba de necesidad económica o demanda en el mercado. 

Protección del consumidor

La ley busca beneficiar a los consumidores promoviendo la competencia en el sector comercial, lo que impulsa una mayor variedad de opciones y precios más justos. Además, fomenta la mejora continua en la calidad de la oferta y el servicio, asegurando que los consumidores disfruten de una experiencia de compra satisfactoria y adaptada a sus necesidades. 

Intervencionismo mínimo administrativo

La ley establece que la actividad comercial debe desarrollarse libremente, limitando la intervención administrativa a lo estrictamente necesario para proteger otros bienes jurídicos relevantes. Se trata de una decisión que refleja el equilibrio entre la libertad empresarial y la regulación necesaria para el buen funcionamiento del sector. 

Protección de los derechos del consumidor

La ley incluye disposiciones específicas para salvaguardar los intereses de los compradores. Por ejemplo, obliga a los vendedores a responder por la falta de conformidad de los productos con el contrato de compraventa y regula las garantías comerciales para asegurar que los consumidores estén adecuadamente protegidos. 

En la Cámara de Comercio de Madrid apoyamos y mejoramos la competitividad del comercio minorista y las PYMES comerciales madrileñas 

El Plan Integral de Apoyo a la Competitividad del Comercio Minorista 2024, impulsado por la Cámara de Comercio de Madrid en colaboración con diversas instituciones y financiado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), ofrece herramientas esenciales para fomentar el crecimiento y modernización del comercio local.  

Este programa está diseñado para ayudar a los pequeños comercios a adaptarse a las nuevas demandas del mercado, incluyendo la digitalización, el comercio electrónico y la implementación de estrategias innovadoras que mejoren su competitividad. A través de estas acciones, se busca potenciar el dinamismo de los comercios madrileños, favoreciendo su capacidad para competir en un entorno cada vez más globalizado y digitalizado. 

Entre las ventajas de este plan se encuentran la dinamización de zonas comerciales y la mejora de infraestructuras en áreas estratégicas, como aquellas con gran afluencia turística o libertad de apertura. Además, fomenta el turismo de compras, atrayendo a clientes internacionales, e impulsa el desarrollo de estrategias que integren hábitos de consumo modernos. Con estas iniciativas, el programa no solo fortalece la competitividad de los comercios locales, sino que también contribuye al desarrollo económico de la región, garantizando un crecimiento sostenible para el comercio minorista en Madrid.