Cada 18 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Igualdad Salarial. Un día fijado por la ONU para analizar, concienciar y luchar para que hombres y mujeres cobren lo mismo a igualdad de trabajo y condiciones. Se trata de uno de los retos más importantes si se quiere lograr una igualdad laboral real.
Más sueldo por igual funciones
En concreto, la brecha salarial en España es una realidad que afecta a distintos sectores de manera diversa. En términos generales, la diferencia de salarios entre hombres y mujeres sigue siendo significativa, con un promedio del 8’7%, según informes recientes. Entre los sectores más afectados por esta desigualdad, destacan aquellos relacionados con los servicios, la industria manufacturera y el comercio, donde los hombres suelen percibir sueldos más altos que las mujeres, a pesar de desempeñar funciones similares. Hay que incidir que uno de los sectores menos valorados, con peores salarios y más inestable es el del trabajo doméstico, mayormente ejercido por mujeres.
Sin igualdad salarial según sectores
El sector financiero y los seguros también presentan una considerable brecha salarial. Este ámbito, caracterizado por una alta concentración de hombres en puestos de liderazgo y dirección, muestra que las mujeres, aunque en muchos casos ocupan posiciones de igual responsabilidad, reciben menores compensaciones económicas. La falta de políticas efectivas de igualdad y la escasez de mujeres en cargos ejecutivos perpetúan esta diferencia.
Las carreras STEM y la igualdad salarial
En el sector tecnológico, aunque hay un creciente número de mujeres accediendo a este campo, la brecha salarial persiste. Las carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) aún son dominadas por hombres en términos salariales, especialmente en los niveles superiores de la jerarquía laboral. Este sector, que juega un papel clave en la economía del futuro, muestra una clara necesidad de políticas que promuevan la igualdad salarial y el acceso equitativo a puestos de responsabilidad.
Por último, la educación y la sanidad, sectores tradicionalmente feminizados, también presentan una brecha salarial significativa, aunque menor que en otros campos. En estos sectores, las mujeres suelen ocupar más puestos, pero a menudo en posiciones con menor remuneración, como la enseñanza infantil o la enfermería, frente a los hombres que tienden a ocupar roles mejor pagados, como profesores universitarios o médicos especialistas.