Las herramientas que tienen las empresas a su alcance son muchas para generar una sociedad más igualitaria, no solo en lo laboral. Todas las iniciativas que llevan a cabo las empresas -planes de igualdad, registro retributivo, medidas de conciliación, protocolos contra el acoso, fomento en igualdad de oportunidades de promocionar, etc- tienen efectos a corto plazo en la sociedad.
No solo eso, es que ser una empresa que fomenta la igualdad se beneficia de muchas mejoras. Tenemos tres propuestas.
Mayor productividad
La disminución del absentismo laboral por un mejor ambiente de trabajo y una mayor identificación con la actividad de la empresa por parte de las trabajadoras y trabajadores. También la disminución de la rotación de las trabajadoras generada por las mayores posibilidades de promoción y formación, la mejora salarial producida por la eliminación/disminución de las diferencias de remuneración entre mujeres y hombres y por las mayores posibilidades de conciliación entre la vida laboral y familiar. Además de una mejora de la calidad del servicio prestado como consecuencia de la mejora del ambiente de trabajo y de la satisfacción e identificación con los objetivos de la empresa.
Retención del talento
La presencia o composición equilibrada entre mujeres y hombres en las empresas supone contribuye de una forma significativa a los beneficios que, de forma genérica, se considera que aporta la diversidad. ¿Cómo? Con mayores oportunidades para seleccionar y retener personas con talento. Las mujeres representan en la actualidad una parte muy importante del stock de conocimientos académicos existentes en nuestra sociedad y van a incrementar su peso en el futuro.
En la población de 25 a 34 años un 44,1% de hombres y un 57,0% de mujeres tienen un nivel de formación correspondiente a educación superior y doctorado, en este nivel de educación se produce la mayor diferencia entre sexos, según el INE. Para este mismo grupo de edad, con nivel de formación de primera etapa de educación secundaria e inferior los porcentajes son de 31,7% de hombres y 21,3% de mujeres. En la UE-27 el porcentaje más alto corresponde a la población con 2ª etapa de educación secundaria (nivel 3-4), siendo superior el porcentaje de los hombres (47,1%) al de las mujeres (43,3%); estos valores duplican a los de España.
Su incorporación al mercado de trabajo y la no discriminación en la selección por parte de las empresas representa para éstas una oferta de mano de obra más amplia y mejor formada. Al mismo tiempo, las empresas que desarrollen políticas de igualdad tendrán más capacidad de atraer y retener a las mujeres con más capacidades.
Esto genera una mejor adaptación al mercado de la oferta de productos y servicios. Cada vez más los mercados son más diversos y diferenciados, la presencia equilibrada de mujeres y hombres y la diversidad en la fuerza de trabajo representa una mayor capacidad de respuesta por parte de la empresa a la variación de los mercados.
La retención de talento fomenta un mayor desarrollo de la creatividad y la innovación. La presencia de mujeres y hombres y la diversidad implica la multiplicidad de perfiles y puntos de vista y, por tanto, es una fuente de creatividad, innovación e invención.
Mejor reputación y organización
Está demostrado que un enfoque igualitario contribuye a la flexibilidad de la organización, sobre todo por la diversidad de perfiles que tenemos en nuestra empresa. Las políticas de igualdad en general y, específicamente, aquellas referidas a la conciliación de la vida personal, familiar y laboral, suponen la introducción de elementos de flexibilidad en la gestión de los recursos humanos. Estos cambios en cuanto a la flexibilidad repercuten en el resto de las actividades y de esta forma la empresa tiene más capacidad de respuesta ante los continuos cambios que se producen en su entorno.
Por último, se añade la mejora de la imagen de la empresa frente a la clientela y la sociedad. Las empresas que desarrollen políticas de promoción de la igualdad efectiva de mujeres y hombres y fomento de la diversidad y no discriminación transmitirán una imagen de excelencia a la sociedad y a su clientela, tanto por la vía de las redes informales de comunicación, desarrolladas por las personas que trabajan en la empresa, como por la utilización de estas prácticas en su comunicación con el entorno.
Por tanto, la reducción de costes generada por la eliminación de las situaciones de discriminación y los beneficios obtenidos por la inclusión y gestión de la diversidad en general, y la de género en concreto, constituyen una ventaja competitiva para las empresas que destacan en estos aspectos.
